domingo, 7 de febrero de 2010

Repaso de tantas cosas buenas que dan sentido a esta vida que vivimos


La nota blanca
La nota blanca
A mí me pasó lo mismo que a todos los padres. Una buena mañana me desperté con la tristeza que me produjo el tomar conciencia por primera vez de que nuestros hijos —de Tere y míos— estaban creciendo con demasiada rapidez, a la sazón el grande con nueve años y el pequeño de siete, y que pronto abandonaría la casa paterna para continuar sus estudios en alguna ciudad y, recordando a mi madre, dije a mi mujer, a la que desperté dándole una sacudida:

-Que pena que muy pronto nos quedaremos solos en esta casa tan inmensa
- ¿De qué me hablas?—, me atajó al instante Tere.
-¿De qué soledad y a cuál casa inmensa te refieres?, si la nuestra es tan pequeña que tus ronquidos retumban en toda la casa.
- Bueno, espeté un poco desubicado, es que así decía mi madre cuando nosotros nos empezamos a ir de la casa,
-Pero se te olvida que tu familia vivía en el rancho sin más fronteras que el alcance de la vista, me dijo, y dando por terminada la charla se dio la vuelta para continuar durmiendo.
Ya por la tarde y mas despiertita mi mujer buscó la manera de continuar con la charla matinal.
- A ver dime ¿que mosca te pico por la mañana?
- Para allá voy, le dije, suspirando como queriendo agarrar mucho aire para poder explicar la idea que no dejó de peregrinar por mi cabeza durante todo el día.
-Yo creo, tartamudee - como quien espera un zapatazo- que deberíamos tener mas hijos, pues los niños ya están muy grandes y pronto estaremos solos tú y yo;

Yo mismo me sorprendí de lo débil y egoísta de mi argumento y tratando de afinar mi posición dije sin dejar mi nerviosismo.

-Por que es bueno que vengan niños al mundo

Y la premonición se cumplió pues el zapatazo llegó en la forma de este discurso.

-¿Estas loco o que te pasa? como que traer mas niños al mundo es que acaso no ves la televisión, basta sentarse a ver un poco las noticias para recibir una baño de sangre de este mundo sin patas ni cabeza, que si violaciones, homicidios, narcotráfico, trata de menores, en fin, es que no ves que la violencia es el sino de nuestra sociedad.

Nuevo suspiro pero esta vez hasta el fondo, en parte para tomar tiempo para responder con cierta inteligencia, así pues pasado el susto hablé ceremoniosamente.

-Ciertamente, creo que hay un poco de razón en lo que me dices, pero solo un poco, -intentaré explicarme- agregué, haciendo un pausa, que me sirvió para seguir ordenando las ideas que recordaba de mis estudios en orientación familiar.
Efectivamente, hoy casi todos los medios llenan sus paginas y sus minutos al aire, con ese desfile interminable y cotidiano que hace repaso de todas las tragedias del mundo- esos son las “ventajas” de la aldea global- explotando el morbo y la cara más oscura del ser humano, hoy nos hemos convertido a su salud en adictos a la nota roja.

Pero esa es tan solo parte, y con toda seguridad, no la más grande de nuestra realidad que tiene por fortuna muchos mas claros que los oscuros que nos presentan, pero por desgracia o por ventura esos claros que son de verdad tan luminosos son tan frecuentes que por eso mismo no son noticia, pero que hacen que la realidad reboce su lado más noble.

Tere empezó a barruntar- hacia ¿Dónde? dirigía yo mi verborrea- y me animó a continuar así:

-¡Ah, qué bien me haría escuchar cosas buenas que me llenen de esperanza! Te escucho—, terminó, ya sin aquel dejo de reto con el que empezamos la conversación
-Que te parece, dije, si hacemos juntos un repaso de tantas cosas buenas que dan sentido a este vida que vivimos, que te parece si jugamos a ser los periodistas de la NOTA BLANCA, y la convertimos por el poder supremo que nos confiere la imaginación en la gran nota del día en todos los medios, ¡Si!- continué emocionado- y la hacemos aparecer en las ocho columnas y en horario triple A, y por la misma magia de nuestra imaginación, le concedemos la audiencia más grande que programa jamás haya conseguido.

Lo titularemos “La Nota Blanca de cualquier día como hoy”

Lista- animé a Tere- empezamos con el juego, ella asintió con rapidez y con un gesto que iluminaba sus facciones me dijo:

- Pero inicias tú.
-De acuerdo, estamos al aire, exclamé, ya con emoción crecida.

Gran noticia: un joven que adelantándose a su cumpleaños fue una a una a casa de sus tíos para pedirles libros de regalo.

Gran noticia: una madre de familia, tras la dura jornada de trabajo, termina su faena haciendo oración, y se sabe, de buena fuente, que pidió por todos y que casi se olvida de pedir por ella.

Hoy se vio a un hombre de mediana edad entrar en la parroquia de su barrio y se comenta que era tanta su abstracción ante el altar que su actitud movía a la admiración de cuantos sin querer fueron testigos.

Hoy un padre de familia, que llegó rendido del trabajo, fue recibido por sus hijos pidiéndole- un cuento padre ayer lo prometiste y el padre cuenta el mismo cuento por enésima ocasión y no para hasta ver que sus hijos sean dormidos.

Y hoy también…

-Pero sigo yo-interrumpió Tere- que me toca a mi.

Hoy como ayer un niño se duerme con el libro entre las manos preparando su examen de mañana.

Y otro joven con muchas ganas de salir y ya vestido para la ocasión, suspende su paseo por quedarse en casa a cuidar a sus hermanos menores, porque a sus padres les ha surgido un compromiso.

Y hoy también se supo de otra madre que con todo el dolor de su corazón y en acto desprendido prepara la maleta para su hijo que parte a estudiar a otra ciudad.

Y hoy me entero que un matrimonio cualquiera, hace que su amor sea fecundo y trascienda trayendo a casa el hijo que tanto los necesita y que los aguardaba en el orfelinato

Y hoy mismo se supo de un matrimonio que renuevan su compromiso con la vida decidiendo traer más hijos e este mundo.

Al escuchar esto último yo ya no puede continuar el turno y solo atiné a darle un beso a mi mujer.
Ella en tanto continúo ya solo para mí

- Tienes razón viejo, es esta vida hermosa a poco que uno quiera verla así y lo mejor que podemos hacer por este mundo; es hacer lo que debemos hacer.

Y Tere le regaló a la vida dos hijos más, que son con los dos primeros, la prueba más grande de amor que nos tenemos.

Ernesto Parga Limón

Es Director de Enlace Tamaulipas asociación dedicada a la promoción de los valores familiares


www.enlacetamaulipas.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PADRE MONTI

Corría el siglo XIX y el agnosticismo cundía entre las gentes. Fue entonces cuando el Espíritu Santo inspiró a varios hombres y mujeres excepcionales, enriquecidos con el carisma de la “asistencia” y de la “acogida”, para que el amor al prójimo convenciese al hombre escéptico y positivista a creer en Dios-amor.
El Padre Luigi Monti, beato de la caridad, pasó a engrosar las filas de fieles sumidos en el Espíritu Santo. Dio fe del amor al prójimo bajo la insignia de la Inmaculada: la Mujer que nó conoció el pecado, símbolo de la liberación de todos los males.
Luigi Monti, religioso laico, a quien sus discípulos veneraban llamándole “padre” debido a su irrebatible paternidad espiritual, nació en Bovisio, el 24 de julio de 1825, el octavo de una familia con once hijos. Huérfano de padre a los 12 años, se hizo carpintero para ayudar a su madre y a sus hermanos pequeños. Joven apasionado, reunió en su taller a muchos artesanos de su edad así como a campesinos para dar vida a un oratorio vespertino. El grupo se denominó la Compañía del
Sagrado Corazón de Jesús, pero el pueblo de Bovisio no tardó en apodarlo “La Compañía de los Hermanos”.
Dicha compañía se caracterizaba por la austeridad de vida, la dedicación al enfermo y al pobre, por el tesón para evangelizar a los que se hallaban alejados del camino. Luigi capitaneaba el grupo. En 1846, a los 21 años de edad, se consagró a Dios y emitió votos de castidad y obediencia en manos de su padre espiritual. Fue un fiel laico consagrado a la Iglesia de Dios, sin convento y sin hábito.


Fotos

NOTICIAS